Labios de hiel

Siempre hay, ha habido y habrá guerras, sangre y masacres. De la piedra tallada al teléfono móvil, el progreso técnico parece incuestionable; pero la sonrisa es irremplazable para vender cualquier cosa.
Fue un verdadero golazo trasladar al novato con la cicatriz en el labio, del oscuro depósito directamente y sin escalas, al mostrador del salón principal. Educado al extremo. Funcional. 
No llega a ser oficialmente un labio hendido en términos médicos y todos en algún momento le hablan del actor de Hollywood, sin recordar correctamente el nombre del famoso.
Los clientes para demostrar su empatía mundial con los diferentes hacen su acting de preferir ser atendidos por él, aunque el resto de los vendedores estén disponibles. 
Los clientes psicóticos también necesitan mostrar su humanidad, son enfermos mentales no estúpidos. Lo que sí llamó la atención de todos fue verlo en la sucursal en otro horario, pero en su rol de cliente y no de vendedor. La primera hipótesis fue que se trataba de otro empleado masoquista, pero se comportaba como otra persona, un tanto más vivaracho, por lo cual pasamos a especular que el empleado nocturno era un hombre eléctrico. Se encargaron de desnudarlo en el baño para comprobarlo, las masas cuando quieren la verdad son así, un tanto salvajes.
Pobre, no era un comediante siquiera. Tuvo que pasar muchas pruebas de fuego, literalmente, hasta que una noche nos enteramos en internet de los alcances y posibilidades del sonambulismo.

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