Baños
La emoción al servicio del negocio. Sábado, vienen como moscas a las tiras adhesivas de papel amarillo Sutify. En realidad, no todos, están los que utilizan el baño y no consumen.
Ellos se piensan que nadie se da cuenta de su artimaña, pero escuchamos su zumbido particular desde que pasan la puerta. Porque lo primero que hacen, el primer gran error, es colocarse en la fila que hay más personas esperando, para tardar en ser atendidos. Bobos.
Otro error es tener la boca cerrada y mirar a los costados todo el tiempo, cuando en realidad nuestros clientes durante la espera mantienen la boca abierta, mirando las promociones con los diferentes y sabrosos menús que tenemos para ofrecerles, con ojos desorbitados de hambre voraz. ¿De dónde vienen tan famélicos a esta hora?
Igual es mejor así, con hambre no se puede pensar, dicen los comunistas. Con la abstinencia no piensan las respuestas a cada pregunta que le hacemos cuando piden el menú, y terminan pidiendo lo que nosotros tenemos en el momento y no lo que ellos vinieron a buscar.
Mientras todo esto pasa acá, del otro lado del mundo arqueólogos han encontrado la sala de desayuno palaciega del emperador romano Adriano, donde comió espárragos en un trono de mármol ante sirvientes.

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