No fun, no ice 

Cada cierto tiempo en mi ronda nocturna de recoger la basura por los diferentes sectores del búnker me sorprende una botella de whisky vacía en el fondo de la papelera de las oficinas de la administración. ¿Qué curioso, no? ¿De dónde sacan el hielo para los tragos? ¿Serán adictos al café irlandés? Hay muchas personas sensibles que hacen hermosos portalámparas con las botellas de alcohol, pero en la administración es difícil encontrar seres sensibles. Tampoco tienen tiempo de hacer manualidades, supongo.
Nueva semana, nuevos desafíos, como le gusta decir al jefe de sección. Ahora el salón principal cuenta con un nuevo piso de parquet, siguiendo todas las normativas técnicas, llamado “skating” de madera, muy barnizado. Y en tiempos de literalidad pusieron a patinar al personal novicio de atención al cliente. Todos sabemos el final de los patinadores ¿verdad? pero a nadie le importa, cada tanto es bueno un poco de adrenalina a nuestras vidas medidas en cuotas.
Un par de noches y llegó el show tan esperado:
Con una velocidad similar al cohete SN9 SpaceX de Elon Musk, el patinador con las papas en la mano atravesó el ventanal de la fachada principal, al mejor estilo Gilles Deleuze. ¡Buen viaje! Nunca más se lo vio, pero se comenta que es supervisor en una sucursal en Burkina Faso.

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