Hablemos 

La paramnesia, moquete gris de fieltro-alto tránsito, sillas azules dispuestas en ronda, pizarra blanca levemente inclinada sobre un trípode inestable de madera. Paredes blancas con ese cuadro de los Alpes suizos que son un éxito mundial, iluminación general de tubos de luz sobre techo de yeso blanco. Todos aburridos en la consultora para otra capacitación laboral, “un gasto que se transforma en inversión” fue lo primero que dijo el narigón sonriente del día. 
Él intenta venderse bien, le puso esmero al envoltorio, camisa celeste ajustada, notaremos su transpiración en minutos debajo de las axilas, claramente es un producto de imitación local. ¿Los tiradores se siguen usando? ¿Hasta cuándo? ¿Ya no hay modas pasajeras? 
Los zapatos son una canoa aspiracional, tal vez está juntando para cambiarlos. Ojalá.
Siempre son charlas de dos horas cronometradas, debe de cobrar por hora o debe de hacer una a la mañana y otra a la tarde en otra sucursal. Finge interés en responder las preguntas que seguramente son las mismas desde que comenzó con este curro, y abre los ojos como sorprendido. Nosotros también simulamos interés y novedad en sus piques y herramientas. 
La única herramienta que utilizamos acá es una mopa y una sartén. No hay mucha ciencia.

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