Bajo tierra

Otro clásico en seres humanos enloquecidos, new arrivals en el hervidero, es preguntar por el mito de las hamburguesas de lombrices. ¡Paren un poco!

Las lombrices son un muy mal negocio. Primero porque comen mucho, llegan a comer hasta el 90% de su propio peso por día; y segundo, su apareamiento tampoco es la gran cosa, ya la puesta de huevos se realiza a razón de un cocón por animal cada 45 a 60 días. Por si fuera poco, viven de cuatro a cinco años y tienen poca sangre. Un fracaso asegurado para cualquiera.

Con los kilos de carne que este pueblo se traga en cada almuerzo, necesitaríamos una de esas grúas enormes de las que se usan para extraer petróleo con brazo Pitman, un oleoducto y válvulas, chupando del centro de la Tierra miles de kilos de lombrices las 24 horas del día los 365 días del año. 

Un frigorífico con vacas es mucho más práctico y no importa si llueve afuera. Además, ahora que vivimos en el futuro, y nada sorprende a nadie, no habría razón para mentir, se ofrecerían lombrices en una buena publicidad en redes sociales, vendrían a pedir el menú especial con lombrices doradas y subirían fotos a sus Instagram Stories, para presumir que compraron el Special Golden Lombrices Menú.


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