Papeles

Nunca falta algún vendedor que llegue de la calle con un impreso de “Cómo empezar el proyecto de una huerta en casa”. Con el paso del tiempo será otro papel en el basural del planeta. Ser adulto es comprender que el hogar es solamente una geolocalización para los trámites fiscales y/o laborales. 
Son los mismos empleados que en las primeras semanas se dedican a escribir poemas en la media hora de descanso. ¡Se hacen los Yukio Mishima “el virtuoso de las letras en Japón”, por favor! Si ni ellos tienen tiempo de leer en sus ajetreadas vidas, ¿Quién se creen que va a tener tiempo para leerlos a ellos y a sus haikus psicóticos? 
Igual no estoy cien por ciento seguro de lo que digo, nunca falta un arqueólogo con la palita.
Es como el sarcófago de plomo encontrado debajo de un estacionamiento en Arras, ex Nemetacum, en un estado de conservación excepcional. Otra maravilla para vender entradas.
Nuestras chuletas envueltas en papel de plomo podrían sobrevivir siglos, supongo.
La tumba estaba repleta de porquerías y pergaminos, y en uno decía “maldito burro”, por lo cual se deduce cómo murió el individuo de alto rango. Al final nunca se sabe quién termina leyendo los manuscritos de uno. Todo va a parar al Museo de la Biblia.

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