Gu Lou Yuk 
A los chinos le debemos tantas cosas: la pasta, la brújula, el papel moneda, la pólvora ¡y los tornillos!
Todos los tornillos de la maquinaria del hervidero son made in china, sin esta pieza metálica sería imposible armar todo nuestro engranaje alimenticio. Ensamblada en tiempo y forma en la periferia de la ciudad, aunque en su parte posterior traen esos triangulitos amarillos de PELIGRO en idioma alemán. Ni idea, pero no es bueno tocar la Fryer Machine con las manos húmedas, porque nadie quiere pasar del basamento a las puertas del cielo prematuramente.
En la vida hay cosas que no tienen vuelta atrás (hoy tengo una profundidad modo Dalai Lama disidente) la camisa quemada por un cigarrillo es otro clásico de los efebos, y no hay pines que valga. 
La suspensión es una buena oportunidad para reflexionar sobre los hechos, dijo el señor jefe.
Se pierde los sandwichitos de la jornada de capacitación ¡Qué nunca falten las instancias de capacitación! 
Ella con su cerquillo, los anteojos enormes y esas chatitas color sandía que nos quiere hacer pasar por vintage, pero tienen olor a feria barrial. Ella acaba de decir ‘el don de la vida’, se cree una ninfa. Somos pobres, no estúpidos ¿sabrá la diferencia?
Tres pizarras empapeladas con los indicadores de Nueva Normativa laboral, son tantos que parecen el Atlas Mnemosyne de Warburg, hojas enormes con dibujitos y garabatos en sepia.
Compromiso – aquello muy necesario antes de poner un pie en el hervidero, sabiendo que se va a salir 10 horas después, un poco más viejo, con las deudas de siempre. Benditos préstamos.
Acá en la eternidad el oxígeno se respira agridulce. ¡Bienvenidos!