Risotada
En el hervidero solamente hay antagonistas. No tenemos tiempo de luchar por un mundo mejor. Tampoco queremos destruirlo, eso nos dejaría en el seguro de paro y es algo que nadie quiere.
Sabemos bien que el mundo necesita héroes, de lo contrario no habría informativos, ni jugueterías. Y los héroes necesitan estar bien alimentados, y para eso estamos nosotros. Cuando digo ‘nosotros’ me pongo la camiseta de la empresa.
Todo era rutina y normalidad estresante cuando se escuchó una risotada lo suficientemente fuerte como para sobresalir callando el ruido de la maquinaria.
Del personal de planta presente seguramente el 50% no lo escucho porque son de los que trabajan semidormidos, manteniendo el ritmo de los brazos para no afectar el sistema, hay otro grupo que generalmente escucha cosas en su cabeza por lo cual esta risa podría ser parte del delirio de los neuróticos… Cada uno con sus demonios.
Pero el que siempre está atento y por algo es quien es, es el supervisor, él sabe todos los qué, cómo y cuándo de las madrugadas laborales.
Se acerca al operario, le dice algo al oído y salen del hervidero.
Mañana tendremos nueva compañía, con un curriculum tan importante en antecedentes laborales como etiquetar cajas o resolver captchas en un call center.
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