Placer culposo

Soñé que era dueño de una fábrica de alfajores. Pudo ser la automedicación otra vez, aunque es probable que haber ingerido alguna que otra manzana en las horas indebidas me provoque alteraciones en el sueño. Igual en este nuevo siglo el “ciclo vital” es una utopía. Para pensar.
Novedades: instalaron una cafetera en el búnker para el personal. No funciona muy bien.

No voy a entender nunca por qué llegan al trabajo a cambiarse de ropa si salen de sus casas sabiendo a donde van. ¿Lo hacen a propósito? Ese deseo de escapar de la subordinación. ¡El colmo! Se perfuman en el depósito. ¿A quién quieren seducir los novicios? Traviesos.
Como un Gato con botas me ofrecí descaradamente a sacar los botes de basura orgánica. Son contenedores fabricados en Alemania, bajo el proceso de inyección de plástico. Cuenta con certificado ISSO 9001. Dios conoce las cosas porque él las crea, y Wikipedia las comparte libremente.
Fui hasta el quiosco corriendo, sufrí bastante por las monedas guardadas en los zapatos. Comí un alfajor detrás de la volqueta.
 

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