Drama planetario

Infrecuente para ser un lunes de madrugada, tenemos el hervidero a toda máquina para alimentar a los cerdos. Para ser más precisos: hombres blancos por encima de los 40 años con algún kilito de más, pantalón jean, camisa por debajo del cinturón vacuno marrón con hebilla importante. Los líderes responsables de este mitin usan camperas símil cuero negro.
Rostros regordetes, rojizos y neurasténicos, en doble fila esperando para ser atendidos. Llegó el Grupo de Astrólogos Unidos por la Sustentabilidad de la Atmósfera Terrestre ¡Bienvenidos!
Como siempre sucede, al comienzo fue todo color de rosas El “tren de satélites”: el impactante espectáculo espacial, decían los portales de noticias. También con alegría informó la agencia espacial: “El Falcon 9 lanzó 60 satélites Starlink a órbita: otro éxito desde la plataforma 39A en cubierta”.
Se endulzaron con el emprendimiento, y todas las semanas tiraban cincuenta, cien satélites, y la novedad dejó de ser tal y pasó a ser preocupación y bronca por parte de los astrólogos y otros grupetes que siempre se cuelgan a protestar contra el sistema, porque ya no se veía la constelación de Orión ni la del Can Mayor y todo el resto de los astros quedaron ocultos detrás de los paneles solares de los satélites. Un verdadero drama para los románticos del cielo que no tienen que trabajar de noche. Pancartas con “No a la polución espacial” y mucho “Fuck Elon”. 
Resulta que uno de los trenes chocó hace un par de horas y los indignados salieron a las calles, y la bronca da hambre, y una cosa lleva a la otra, por eso las revoluciones siempre terminan en la sucursal.

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