Inevitable

Nos llaman de la Sala de control, uno por uno, para una reactualización de datos, exámenes, recontratación(?) Un sinfín de letra chica, un verdadero trabalenguas posfordista. 
Ella se muestra intensamente encantadora, con la punta de la lapicera indica: firma acá, firma acá, firma acá, otra firmita acá, aclaración de firma, documento. Muy bien, concluye.
Me aclara que no me da copia de los documentos porque la máquina fotocopiadora esta fuera de servicio, no tiene motivos para mentirme. Le creo.
Concluido el fichaje cambia llamativamente de tema y hasta su tono de voz modifica. 
Se pone mística, la veo venir, en medio del gorgojeo aparece la palabra mágica: DESTINO. La muy degenerada me invita a leerme el futuro en las cartas de tarot compradas en el bazar chino. No tengo idea de lo que dijo el mazo de cartas porque me distraje con la cartelería de la sala que presentaba un estudio detallando la funcionalidad de los implantes en el cerebro para combatir la depresión.
Mirando la felicidad de su rostro, creo que no dijo nada relevante sobre las cuotas que aún debo pagar.

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